domingo, 10 de mayo de 2009

Terrorismo

Con los terroristas no se tiene que negociar. A los terroristas ni pan ni agua. Cuando dejen las armas incondicionalmente y hayan pagado por los delitos cometidos, entonces podremos empezar a hablar.
Ninguna reivindicación política justifica el uso de la violencia. Ninguna idea o ideal puede ponerse por encima de la vida de una sola persona. La base de la democracia es el diálogo, el consenso dentro de la legalidad. El terrorista se autoexcluye del diálogo, del consenso, de la democracia, de la legalidad, del sistema…
El terrorista es una especie a la que hay que exterminar.
En el supuesto de un futuro escenario sin terrorismo, la viabilidad política de cualquier opción depende del número de votos que obtenga. Nos podríamos encontrar que estos que ahora matan fuesen una minoritaria minoría, simples representantes del más recalcitrante infelicismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario