sábado, 23 de mayo de 2009

Era casi perfecto

El crepúsculo desde el faro era casi perfecto. La línea del horizonte se recortaba entre los azules como el hilo invisible que une al hombre con la mujer en la arista inverosímil de los amores fulminados.
En la memoria del peregrino exhausto, al pie de los caminos y de las estrellas, en el jirón de la niebla y en el blanco de la eternidad.

Quien te ha querido cuando la playa estaba desierta recuerda el intangible canto de las sirenas, quien te ha resguardado de las tediosas tardes de domingo conoce tu estrepitosa pesadumbre.

Con el sentir de las bocas hambrientas, inamovible contra todas las batallas, nido de golondrinas y ávidas almas, último bastión de nuestra catástrofe.

Ahora que la marea negra roza tus pies, ahora que el mundo te mira con ojos tristes, ahora que todo es oscuro como una noche sin luna, ahora querría decirte que el crepúsculo desde el faro era casi perfecto.

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