
Pero, en seguida, me introduzco en esta caverna cibernética y la luz se torna translúcida, casi grisácea. Soy un traficante de sombras. Palabras para ti. Palabras para este blog. Demasiadas palabras. Ganas de no saber nada. Ganas de no haber sido. Sombras que tapizan las paredes de esta habitación. Mi única libertad son los minutos de silencio que puedo aprehender tras cada uno de mis sufridos y anhelados destierros.
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