domingo, 25 de octubre de 2009

Destierro

Cuando voy solo por la vida es cuando redescubro el mundo exterior con renovada admiración. Como ese prisionero platónico que pudo zafarse de las ataduras que lo confinaban en el sombrío fondo de la caverna, así me libero de mis obligaciones no escritas para poder disfrutar de la verdadera luz.
Pero, en seguida, me introduzco en esta caverna cibernética y la luz se torna translúcida, casi grisácea. Soy un traficante de sombras. Palabras para ti. Palabras para este blog. Demasiadas palabras. Ganas de no saber nada. Ganas de no haber sido. Sombras que tapizan las paredes de esta habitación. Mi única libertad son los minutos de silencio que puedo aprehender tras cada uno de mis sufridos y anhelados destierros.

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