viernes, 9 de octubre de 2009

Gáname

Has sido tú quien has empezado esta guerra. No esperaba, bajo ningún concepto, que dieras por concluida esa tregua incierta que rondaba desde hace un tiempo por nuestras miradas.
Reconozco que no esperaba este golpe inicial tan sutil y, por eso, no he tenido más remedio que sucumbir ante ti, ante esa insultante superioridad que has demostrado en todo momento.
Cualquier intentona mía por reaccionar se veía siempre contrarrestada por un movimiento voraz, rozando mis puntos más débiles, haciendo mella lentamente hasta vencerme.
Con decisión y firmeza has estado impecable mientras ha durado la batalla. Sin estrategias, dejando que cada cuerpo se despojara de su mente, volviendo los ojos hasta dejarlos en blanco, respirando fuerte y entrecortadamente.
Ahora vas más rápido. Un poco más rápido. Creo que puedo controlarte. Mirándonos fijamente. Sin pensar. Nada ni nadie, nada ni nadie. No sé que tienes pero me gusta demasiado. Vuelve a mirarme otra vez. Muérdete el labio. Me encanta cuando lo haces. Préstame tu mano. Acaríciame de nuevo. Voy a perder. El silencio que rompes brevemente. Ojalá no se acabe esto nunca. Estás a punto de conseguirlo. Gáname. Vamos, gáname. Hoy no me importa que me derrotes. Nunca me había gustado tanto perder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario