domingo, 4 de octubre de 2009

Vulgar

Sin quererlo, nos hemos vendido al capitalismo más abyecto. La vulgaridad de sólo querer ser millonarios. La vulgaridad que a todas horas y en todos los sitios nos asedia tentándonos con cantos de sirena analfabeta, garrula, despreocupada, vestida del Bershka. La supina vulgaridad de la inmensa mayoría de nuestro medio circundante. Platón vino a decir que, dentro de la jerarquía del mundo inteligible, la idea del bien tenía que estar siempre por encima de la idea de belleza. La vulgaridad es la tiranía de todas las vidas que carecen de ideas.

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