domingo, 11 de octubre de 2009

La melodía del destino

Aquello que no oso escribir en este blog es aquello que me define, no lo que escribo. Silencios que entredicen, palabras que esconden sentidos esotéricos, la ironía más sutil, el latido de la prosa que baila al compás de la melodía del destino.
Este otoño indolente. Los cielos del color de la ceniza. Sentirme lejos y cerca a la vez. El pozo tras el espejo de la noche. La duda que sesga lo improbable. La arena que entierra tus sábanas. El silencio de los dioses que lo saben casi todo.

Por una vez no tengo prisa. Por una vez he entendido que el mundo pertenece a los pacientes. Y ya que no puedo creer en nada más, creo solamente en mis palabras.

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