domingo, 6 de septiembre de 2009

Todas las cenizas

La luna llena de ayer me volvió a enjuagar el corazón. Las sombras han huído con la inminencia del otoño. En cada uno de mis atisbos hay una sonrisa de liberación. Hay un suspiro liviano por cada paso que doy al frente. Siento que he sacado la cabeza fuera de la caverna de Platón.
La luna llena de ayer me volvió a enjuagar el corazón. De vez en cuando hay que suicidar alguno de tus yos más oscuros para quedarte con tus yos más luminosos. Hay tanta gente dentro nuestro que, habitualmente, el jaleo es tremendamente insoportable.
La luna llena de ayer me volvió a enjuagar el corazón. Hoy me siento más ligero, más clarividente, más seguro. El viento siempre se lleva todas las cenizas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario