
La verdadera libertad no es hacer lo que uno quiere, sino aceptar y querer aquello que te llega, sin forzar nada, con espontaneidad. Mientras el ego no sea capaz de hallar la conexión con el resto de egos, estará perdido, vencido, castrado.
Ellos siempre creyeron que yo podía llegar. Yo aún no he llegado pero sé que ellos siguen creyendo que puedo. Si no fuese así, yo no podría ni tan siquiera intentarlo.
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