sábado, 5 de septiembre de 2009

Aquello que te llega

El error fundamental y la correspondiente causa de todos los males es querer imponer nuestra voluntad. Mientras el ego lleve el timón, el naufragio está asegurado. En vez de hacer esto, lo que hay que hacer es dejarse llevar por la corriente de la vida, fluir, adaptarse a las circunstancias, aceptar lo que venga como un regalo del destino y no como un castigo supremo.
La verdadera libertad no es hacer lo que uno quiere, sino aceptar y querer aquello que te llega, sin forzar nada, con espontaneidad. Mientras el ego no sea capaz de hallar la conexión con el resto de egos, estará perdido, vencido, castrado.

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