Ellos siempre creyeron que yo podía llegar. Yo aún no he llegado pero sé que ellos siguen creyendo que puedo. Si no fuese así, yo no podría ni tan siquiera intentarlo.
domingo, 5 de abril de 2009
Todo es contingente
Todo. No te hagas ilusiones. No hay ningún ser necesario. Eso que algunos nombran Dios es solamente una palabra cargada de miedo. Una palabra o una quimera cubierta de suposiciones aberrantes. La causa de todas las causas es otra causa también contingente, azarosa, fortuita, innecesaria, que nutre la cadena infinita de dudas insolubles. Todo es contingente. No te fíes de lo que es intangible. Sospecha de las palabras irrelevantes, asépticas, inoloras, insípidas... La contingencia nos define. Lo que ahora es, de aquí a un rato podría dejar de ser. Podría, por ejemplo, borrar este blog ahora mismo. Podría pensar que me sigues mintiendo. Podría suicidarme. Podría olvidarte definitivamente. ¿Qué importancia puede tener, entonces, todo esto que, tarde o temprano, dejará de ser sin remedio? Una importancia efímera, incierta, aleatoria. No, no te hagas ilusiones. Todo es contingente. Todo. Tú también.
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