miércoles, 22 de abril de 2009

Diario de un manresano ocasional (Capítulo 5)

Por fin consigo tener las piernas estiradas. O lo que yo quiero: que las plantas de los pies no toquen en el suelo. Y es que tengo un dolor muy fuerte entre ese punto y el tobillo. Creo que es tendinitis y eso sólo se cura con reposo, así que lo tengo complicado. Por el momento me pongo una crema que parece que me alivia un poco el dolor pero aún así me duele bastante. A ver que tal amanezco mañana porque en principio tengo que estar todo el día de visita así que tendré que intentar recuperarme lo antes posible.
Tampoco creo que haga nada especial en lo que queda de día. Imagino que iré a comprarme un bocadillo para cenar porque no tengo ganas de ir de restaurante ni de estar mucho por ahí esta noche.
Haber madrugado tanto esta mañana y este insoportable dolor de pies deben ser los culpables de mi falta de ganas de hacer alguna cosa útil, con lo cual creo que me ducharé pronto y me pondré a mirar la televisión.
He intentado piratear una red inalámbrica para poder conectarme a Internet pero no lo he conseguido. La informática no se me da demasiado bien.
Sigue lloviendo desde hace rato. Montserrat desde mi ventana. Una orquídea de plástico adorna mi habitación de la misma forma que tu sonrisa alumbra la noche.
Voy a soñarte hasta que suene el despertador. Cuídate mucho y no te marches todavía.

Sant Vicenç de Castellet, 20 de abril de 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario