martes, 7 de abril de 2009

Demasiado inútil

Cualquier indocumentado puede abrir un blog y decir lo que quiera. Cualquier cretino puede insultar impunemente. La red favorece esta libertad. Por eso, el autocontrol es fundamental. No estoy hablando de faltas de ortografía ni de incongruencias sintácticas, sino de una ética de mínimos, de los límites imprescindibles que tendrían que configurar cualquier personaje virtual. Los anónimos se autodescalifican a sí mismos. La crítica debe ser argumentada, razonada. Los insultos sobran. Diálogo y respeto deben ir juntos. El indocumentado tendría que documentarse. El que hace faltas tendría que corregirlas. El anónimo tendría que firmar con su nombre y dar la cara o dar un pseudónimo y no faltar al respeto. El insultador tendría que callar o si más no, usar el humor sutil, la ironía. Sé que este post es inútil, demasiado inútil. Lo que es no tiene nada que ver con lo que tendría que ser, ya lo sé, pero quería dejar constancia.

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