lunes, 27 de abril de 2009

Diario de un manresano ocasional (Capítulo 10)

En la puerta del hostal había una pareja de rumanos discutiendo. Al parecer ella se había dejado alguna cosa en el coche por los gestos que hacía.
Aquí en la biblioteca veo a lo lejos a dos niños marroquíes de unos 10 años. Se plantan delante de un ordenador cada uno y se pasan la tarde mirando videos de agresiones, de tortazos, de accidentes y de peleas. Las dos veces que vine antes estaban justo en el mismo sitio los dos.
Ambos se tronchan de la risa y la bibliotecaria les llama la atención constantemente de una manera muy suave. Debería echarlos a la calle para ver si así escarmientan.

Tres niñas suramericanas intentan estudiar entre tanto escándalo y van murmullando entre ellas. No entiendo ni la mitad de las palabras que se dicen porque tienen un dialecto muy cerrado.

Frente al mostrador hay un africano que intenta decirle algo a las dos bibliotecarias pero no lo consiguen entender. Los tres van riéndose pero no logran llegar a nada.

Supongo que estas situaciones ayudan a que aún me sienta más extraño.

2 comentarios:

  1. y a todo esto, tu hablando en castellano

    xDDDD


    Nos vemos el ¿jueves?

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  2. Sobri,tienes EL DON, y no te digo que seas mafioso, sabes expresar.
    Lei tu escrito del domingo.....animo
    No es sino un triste (¡ay de mí!),
    que en estas bóvedas frías
    oyó tus melancolías.
    O yá te decidistes?
    Un saludo

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