Impotencia

Un adolescente de 20 años mata a su novia de 17 y llama a su amigo de 15 para que acuda en su ayuda y poder así trasladar el cadáver hasta un río con el coche de la madre de éste.
El asesino lo tiene todo controlado: comparece ante la prensa clamando justicia, ayuda en las labores de búsqueda de su ex-novia y se deshace de todas las pruebas. O de casi todas. Muestra un cinismo y una frialdad impactantes pero al final se derrumba y lo confiesa todo.
Lástima. Si en el instituto en vez de calentar la silla, amenazar a los profesores y chulearle a las niñatas hubieras estudiado lo justo, habrías aprendido muchas cosas que ahora mismo te serían de gran utilidad, como por ejemplo que se coge antes a un mentiroso que a un cojo.
Vas a vivir una experiencia nueva. Supongo que no debe ser como matar a alguien pero te resultará igualmente excitante. Al menos durante un tiempo. Ojalá no salgas de ahí nunca. Ojalá hubiera algún castigo equiparable a lo que has hecho.
Pero vas a tener suerte, como todos los que, como tú, además de no querer a su vida tampoco dan opción a que los demás vivan la suya.
No sólo has matado a una chica, también has hecho añicos todo lo que había en una casa. Si lo hubieras hecho hace unos cuantos años te habrían linchado entre todos los que están buscando sin descanso lo que queda de esa pobre muchacha.
Pero te han pillado, chaval. El problema es que no podrás pagar nunca por lo que hiciste. A la mierda el código penal. A la mierda la justicia. A la mierda la gentuza que, como tú, revienta familias y destroza ilusiones.
Toda esta bazofia es la que nos pisa los talones, mal que nos pese.
Generación basura. Generación web cam. Generación fotolog.