miércoles, 18 de febrero de 2009

Impotencia (y 2)

Millones de personas esperando a que la sentencia
se haga pública para poder opinar sobre si es justo o no.
Miles de voluntarios buscando un cadáver entre el barro,
las cañas y las corrientes del Guadalquivir.
Cientos de expertos analizando las pocas pruebas que
dejaste el día que decidiste que tu vida valía más que otra.
Decenas de realistas que pensamos que no existe un
castigo suficiente para que puedas pagar por lo que has hecho.
Y un cuerpo sin vida que, ojalá, aún siga
dando tumbos
entre esas aguas revueltas y pueda
ser rescatado antes de ser engullido por el lodo.

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