
Tú no eres ninguna excepción y también buscas algún momento que te evada de todo. Cuando te subes al coche y pones la radio, cuando escuchas caer la última gota de agua al acabar de ducharte o cuando apagas la luz y cierras los ojos para que se acabe el día.
Mecanismos de autoprotección. Espacios vitales. Egocentrismo disculpable. Ansias de soledad. Anhelo de nadie.
A pesar de todo, nuestra vida avanza a pasos agigantados y de forma inexorable hacia el futuro más incierto. Y el horizonte es toda nuestra patria.
Cierto, todos buscamos momentos de soledad, aunque sean solo unos minutos para poder pensar, reflexionar sobre nuestra condición humana, sobre nuestro camino en el mundo.
ResponderEliminarEl problema surge cuando requieres demasiados momentos así, ya que, según dicen, pensar mucho suele ser perjudicial.
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