jueves, 27 de agosto de 2009

Hasta que tú quieras moverte

No hay horas sin relojes de la misma forma que no existe luna sin sol. El empeño por seguir a pesar de todo, por recomponer todas lágrimas rasgadas, por rehacer miradas destrozadas.
Las tardes ya no son tan largas y las playas empiezan a vaciarse.
Las serpientes están a punto de esconderse durante una temporada, igual que lo haces tú cuando me marcho de nuevo.
No sé si nos seguimos necesitando o todo esto es sólo un simple capricho de verano pero me resulta imposible obviar tus pasos.
No sabes que pasará en septiembre y prefieres no pensar en ello. De hecho, siempre has tenido miedo de intuir lo que sucederá en un futuro. ¿Quieres saber donde voy a estar? ¿Crees que voy a irme para siempre?
Mi abrazo es tu patria y tu sonrisa es mi historia.
Sabes lo que soy y yo sé lo que quiero que seamos. Da igual lo que tardes en buscarme porque mi tiempo puede pararse hasta que tú quieras moverte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario