domingo, 9 de agosto de 2009

A Daniel Jarque González, jugador del R.C.D Espanyol


Hay muy poca gente que sabe lo que significa ser capitán de un equipo. Tú lo sabías y lo estabas viviendo en tus carnes, de la misma forma que me pasó a mi durante unos años.
Yo no he jugado en ningún equipo grande y tampoco aspiré a hacerlo nunca. Sólo me divertí en el equipo de mi pueblo y con mis amigos, pero el hecho de ser el capitán me llenaba de orgullo.
Da lo mismo si fuiste escogido por votación entre toda la plantilla, porque nadie lo quería o porque alguien lo asignó a dedo, el caso es que te tocó representar a un conjunto de gente que luchaba por una misma causa y tú tenías que ser la cabeza visible que los guiara.
Para mucha gente es una tontería, una distinción simbólica que se le pone al primero que pasa por ahí pero ambos sabemos que no es cierto, que portar ese brazalete en el brazo izquierdo significa ser el máximo exponente de un grupo, dentro y fuera del campo, un responsable, un líder y, en tu caso, un héroe.

Has sido un muy buen jugador de un equipo histórico de nuestra liga de fútbol y con veintiséis años se te ha parado el corazón para siempre justo en el año en el que estrenabas capitanía y estadio. Además, todos los que te conocían dicen de ti que eras una gran persona.

Te vas y no tendrías que irte pero hay mucha gente que te idolatra y que van a recordarte siempre, no solamente tu familia y tus amigos, sino también los aficionados de tu equipo que te han visto crecer y que ahora veían en ti a uno de los pilares de su equipo.

Lo peor de todo es que te has ido para siempre ahora que llega tu hijo y no va a poder verte nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario