miércoles, 29 de julio de 2009

Salvajemente sincero

Mi vida es mi obra. Mi obra es mi vida. No sé que quieren decirme cuando me hablan de felicidad extraliteraria... ¿A qué se refieren? Leyendo y escribiendo me lo paso bien. No juego a ser escritor. Escribo y punto. Tampoco me preocupa ser mejor o peor porque escribo como respiro, como camino, como duermo, como vivo, como pienso: con intensidad y con fuerza. Según el momento puedo resultar lírico, contundente, perverso, cínico, pesado, insulso o déspota, pero está claro que siempre soy yo mismo: salvajemente sincero.

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