Carta a un hippie

Querido amigo hippie:

Todos sabemos que estás forrado aunque vayas con la ropa rota y maloliente. La tarjeta bancaria de papá lo sabe bien. Sueles ser una persona guay, alguien que va por la vida con una sonrisa duradera y que intenta ayudar a los demás.
Siento no creerte. Te avergüenzas de tenerlo todo y quieres intentar no tener nada. Por eso llevas ese aspecto dejado, casi repugnante. Intentas ir contra el sistema sin ir a ninguna parte, dejando que pase el tiempo y viviendo del aire. Odias el consumismo, la moda, l@s pij@s, el dinero, trabajar, madrugar y un sinfín de etcéteras que son los que hacen que el resto de los mortales vivamos.
Tú no trabajas ni vas a hacerlo porque no te hace falta, no porque estés en contra de los contratos basura, si no porque es mejor vivir sin hacer absolutamente nada mientras del grifo de papá y mamá siga cayendo algo.
Tú paseas tu paz y tu amor por todo el mundo no porque seas una gran persona, si no porque tu fantástico estilo de vida te lo ordena y desobedecerlo es atentar contra Bob Marley.
Tú no alquilas o compras un piso no porque no tengas dinero, si no porque es más divetido irte con algunos amiguetes a una casa abandonada y apoderaros de ella.
Tú no desprecias el formas de vida, si no que presentas tu presunto flower power como el mejor modo de vivir y de respetar a los demás.
Tú no tienes un perro como gran y fiel compañero, si no que "cuidas" de un animal maloliente y lleno de pulgas y lo paseas orgulloso.
Tú no te vas de vacaciones (con el dinero de papá) para conocer otras culturas, si no que te vas cada dos por tres a Formentera a joderla y a mancharla.
En definitiva, tú lo que intentas es ser alguien que realmente no eres intentando no hacer nada.
Y el plus pal salón.

Un saludo con mucho cariño.
Por siempre tuyo,

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