Puedes pensar que ya no vuelva más. Todo es demasiado efímero, todo es extremadamente fugaz. Aciertas en tener siempre en cuenta que te has podido equivocar.
Como cuando ves nevar a tu lado y quieres que te caiga todo el frío encima porque crees que es una ocasión única. O cuando decides gastarte un montón de dinero en ir a ver jugar a tu equipo favorito de fútbol o baloncesto en una final porque dices que nunca más va a volver a pasar.
Es mejor ponerse siempre en lo peor. Es muy posible que nada vuelva a ser como antes. No porque yo quiera, sino porque los acontecimientos se dan sorpresivamente.
No intentes cambiar nada a estas alturas. No te arrepientas de nada ahora que ves que algo se aleja. Sé pesimista. Te lo recomiendo.
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