jueves, 14 de enero de 2010

Fuerzas de flaqueza

Otra gota de sudor resbala por tu mejilla mientras hincas tus rodillas en la tierra y las palmas de tus manos besan el suelo. Levantando la cabeza, ahogándote por casi todo, respirando a duras penas. Mirando hacia ninguna parte, perdiéndote entre cábalas y husmeando la fragancia lejana del atino. Inclinas la barbilla y ves el puto suelo. Otra vez ahí abajo. Siempre arriba y siempre abajo. Es un motor a pleno rendimiento. Cierras los ojos y quieres llorar hasta caer sin remedio pero sabes que debes levantarte. Aprietas los párpados con dureza y miles de imágenes cruzan alevosamente por tu maltrecha mente. No puedes más. Ha sido otro golpe durísimo, casi letal. Ya no confías en nada, ni tan siquiera en ti. Álzate, vamos. Un poco más, un poco más. Las fuerzas de flaqueza existen. Aún te queda algo dentro. Sólo podrás caerte para siempre cuando realmente ya no te quede nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario