jueves, 3 de diciembre de 2009

Prometo no irme muy lejos

Ayer era tu día, ya te lo dije. Parece ser que perdiste tu oportunidad, bien por miedo o bien porque no tenías mucho que reprocharme. Te advierto que hoy todo ha cambiado y que tu turno ha pasado, para desgracia tuya. Ahora el que parte la baraja soy yo, así que puedes irte preparando. Si no quieres someterte a una cura de humildad que te baje de tu nube, márchate. Tampoco esperes que te reproche, te acuse o te imponga nada porque no vas a tener esa suerte. Estoy seguro que ignorándote tengo más que suficiente. Eso sí, te recomiendo que no sobrepases el umbral intangible que existe entre nuestro bien y nuestro mal porque no vas a salir incólume. No te pongas en evidencia más, por favor. Deja de imaginar y de hablar y, sobretodo, no te dejes aconsejar por tu nauseabundo medio circundante, por esa cercanía interesada de aquell@s que presuntamente desean tu bien. Te he dado demasiadas pistas. Espero que todo esto te sirva. No me pierdas de vista y sigue mis movimientos. Prometo no irme muy lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario