lunes, 23 de noviembre de 2009

Hasta los pies

El hastío es mucho más duro que el cemento. Los ojos llegan hasta los pies. La rabia es menos rabia. Hay un cansancio profundo, muy profundo, principio de decadencia, una nostalgia flácida, blanda, tierna. Se avista un invierno harto complicado. Se establece un sentimiento certero por haber logrado conquistar todas las cumbres propuestas sin haber perdido aún el afán de volar más alto, más allá, cielo arriba, hasta donde el cielo y la tierra nos permitan. Hay una vida que te rodea y te acaricia, que te encariña y que te encumbra mientras se escurre silenciosa y sutilmente, como la niebla de las madrugadas de noviembre. Y tras todo esto, estás tú. Mitad sol y mitad luna, iluminando el ansiado horizonte.

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