miércoles, 25 de noviembre de 2009

Enigmas

Vuelven las fuertes rachas de viento que percibo tras la ventana de mi habitación. La rabia de las ráfagas barre cualquier vestigio de confusión. Todo resta nítidamente certero. Se limpia el corazón, el corazón que sabe lo que quiere, el corazón que se hace trizas a cada instante víctima de los propios latidos contradictorios.
Gotean las horas inútiles como una llovizna de parsimonias líquidas. Vivir es huir. Llega la nítida noche de puntillas como una hada sin alas que ha perdido la brújula de los sueños. Hablo con enigmas. Putas palabras de mierda. Sólo tú sabes descifrarlos. Sólo tú logras entenderme.

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