martes, 16 de marzo de 2010

Viaje en helicóptero

El viernes pasado me subí a un helicóptero por primera vez en mi vida. Me vino de sorpresa y lo hice medio engañado, ya que en principio iba con un compañero de trabajo para hacer unas fotos pero no me dijo que se tenían que hacer desde el aire.
No me hizo especial ilusión y tampoco me disgustó: me lo tomé como algo que tenía que hacer porque la situación lo requería. De hecho, y pensándolo fríamente, hubo mucha gente que tras saberlo, les hubiera gustado hacer lo que yo hice, con lo cual puedo sentirme un poco privilegiado.
Al subirnos, el piloto nos explicó que teníamos que ponernos el cinturón y los cascos y también nos dijo que si nos encontrábamos mal o había cualquier cosa, que se lo avisaramos. Me causó muy buena impresión, ya que en todo momento se mostró atento con nosotros.
La ruta en cuestión no tenía mucho secreto: había que seguir el recorrido de unas líneas eléctricas aéreas de media tensión a cuyo trazado es imposible acceder por tierra ya que están en sitios apartados, normalmente en bosques con mucha vegetación y sin caminos cercanos para llegar a ellas.
Al principio iba bien, haciendo fotos de paisajes nevados y disfrutando de unas vistas privilegiadas. Me impresionó la habilidad del piloto para maniobrar el helicóptero cuando le pedíamos girar a un lado o bajar más abajo o dar la vuelta. Quizá tantos meneos fueron los que me hicieron empezar a encontrarme mal a mitad del viaje, así que ya me gustaba menos el asunto.
Fue una hora y media aproximadamente de una nueva experiencia. Hicimos un buen trabajo, que al fin y al cabo es lo que cuenta. Por lo demás, me lo pensaré la próxima vez que tenga que volver a subirme.

P. D: Mañana colgaré las fotos del viaje.

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