lunes, 29 de marzo de 2010

Luna naranja

La luna naranja, altiva, creciente, se esconde tras las nubes tupidas que cubren el cielo. También te escondes como ella, bruja de la conquista, hija de los montes y del viento. Me dejas estas ácidas lágrimas, el vacío de las manos y de las palabras, el nítido florecer de los árboles que me alegra el corazón. Me quedo con todas las cenizas, recuerdo de llamas pretéritas, parte de mi alma. Te vas y no sé que tengo que hacer.
La media luna, rauda y fugaz, se vuelve a esconder. El río que nos une sigue su curso infinito. Me llega tu voz herida de lejanía. Te escucho con el ansia eterna. Lo que fuimos fue vida. Lo que fuimos es eterno. Que tu mañana tenga alegría. Joya, cometa, ángel y tesoro. Me dejas esta luna. Te vas y no sé que tengo que hacer. Te vas y quiero seguirte.

1 comentario:

  1. Aveces, equivocadamente creemos que es mejor salir corriendo en busca de aquello que tanto anhelamos y por duro que parezca, si supieramos quedarnos quietos, reflexionar y despues decidir si correr o no...

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