miércoles, 22 de septiembre de 2010

En balde

Una bandada de estorninos otoñales revolotea nerviosamente el cielo más cercano mientras la puesta se difumina entre azules, grises y rojizos como el alma de una mujer abandonada que duerme sola otra noche mientras, baldíamente, sigue soñando con su amado. Así estoy yo: fuera del tiempo, alborotado, suspirando por la brisa que me devuelve la imagen de tus besos imposibles.

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