viernes, 25 de diciembre de 2009

Ya era hora

Por fin he podido catarte. Hoy era el día y yo, sinceramente, no podía esperar más tiempo. Dos horas y media encima tuyo, dándole a tus pedales. Espero que me disculpes por los charcos, por el barro y por los baches imprevistos. Cincuenta y cinco quilómetros acoplados el uno al otro, a una velocidad media de veintidós quilómetros por hora. Fíjate si hemos estado a gusto que hemos llegado a ir a cincuenta quilómetros por hora mientras bajábamos esa rampa. Y hasta nos hemos percatado de que, efectivamente, hoy no hay nada abierto en ningún sitio. Yo sí que he aprovechado el día de Navidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario