Ellos siempre creyeron que yo podía llegar. Yo aún no he llegado pero sé que ellos siguen creyendo que puedo. Si no fuese así, yo no podría ni tan siquiera intentarlo.
viernes, 26 de marzo de 2010
Complicado
Es difícil entender a los resquicios de silencio que llenan el espacio que existe entre las agujas del reloj de pared, cada una de las mentiras que sostienen muchas vidas, el daño que se transmite y que crece sin razón, la fragancia del recuerdo que trae la suave ventisca de las noches de verano, los latidos enervados que corren furtivos más allá del horizonte, alertados por la madrugada, el paso incierto y lento del desdeñable tiempo, el lapidario peso de la espera cuando sabes que no hay nada más allá, la podredumbre de los corazones desollados, la sentencia inapelable sin el juicio de rigor, las caricias que se olvidaron en los andenes del deseo.
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