En el post anterior dije que esperaba que mi locura dominguera matinal en forma de carrera contínua no tuviera efectos secundarios pero los ha tenido y en gran medida.
Las agujetas han aparecido y se han apoderado de casi todo mi cuerpo de una manera brutal. Todo eso hace que me encuentre exhausto a estas horas de la noche.
A ver si mañana, además de ser otro día, amanezco sin agujetas. Que Dios me bendiga.
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