viernes, 26 de diciembre de 2014

Resumen del año 2014

Lo que pasó fue fantástico y lo que viene podría serlo más. La felicidad es eso también en el deporte. Disfrutar del presente y del futuro que se acerca. Vivir en la antesala de cualquier entrenamiento y al día siguiente despertarse igual. Por eso en el final de las carreras se capturan, rendidos y desarmados, a los que somos aprendices de resistentes, de deportistas sin reparo. También por eso, a sabiendas de que llegar el primero es prácticamente imposible, presentarse en la salida ya es casi como haber ganado. 

Colecciono retos como si fueran dedales y soy consciente de que existe el riesgo de que agote las metáforas, los elogios y los superlativos; de que la emoción por concluir la próxima intentona parezca ya impostada. No caeré, al menos de momento, en esa trampa y cada reto tendrá su propia historia.  

XIII Duatló Ciutat de Vic

El primer duatlón de mi historia. Iba sin presión, ni propia ni ajena, y algo corto de preparación, sobretodo para concatenar esfuerzos. La consecuencia es que salí temeroso y la primera bala me rozó a los pocos minutos de iniciar la marcha. Poco después la segunda. El miedo corta más que las espadas. Acabé con una sensación ambigua: conforme con el trabajo bien hecho pero creyendo que pude haber luchado más. 




Marxa Popular de Vall-Llobrega

La primera carrera de montaña de mi vida: 16 kilómetros por caminos, pedregales, rampas empinadas, senderos y árboles carbonizados. Me sirvió mucho para aprender mentalmente. Si bien se trataba de una marcha popular, se me hizo muy dura y pasé momentos complicados. Lo que más trasciende de ese día es haber superado problemas y podido voltear situaciones adversas, reponerse, crecer, imponerse. Por el mundo hay gente así, que llega a esbozar sonrisas con las películas de miedo. 

XX Media Maratón Ciutat de Girona

Antaño me hubiera parecido imposible plantearme intentar correr más de media hora seguida sin pararme a descansar o a robar oxígeno. Aquí me enfrentaba a casi un par de ellas según mis cálculos. Fui demasiado valiente y corrí mal. Pude acabar la carrera pero no la planteé bien y la satisfacción comedida de las horas posteriores se convirtió en un cabreo que me duró varios días y que me hizo reflexionar mucho sobre lo que hice. Ahora cualquier análisis es ventajista, lo sé, y llenarlo todo de sangre sería muy tentador. Lo evitaré y no por ser elegante, sino porque ya no hay sitio junto a la camilla. Ya no cuenta, ni sirve, ni alivia. Ya no hay premio, sin embargo todavía queda algo de redención.  




I Marxa Cicloturista Palamós - Costa Brava

Pedaleé tres horas y media junto a gente que está harta de ir en bicicleta y que presuponía de un nivel infinitamente superior y con muchas más tablas. Yo hacía año y medio que me subía por primera vez en mi vida a una bicicleta de carretera y afronté con mucho respeto el reto de completar una distancia que hasta entonces sólo había visto por la televisión. Me incrusté en un pelotón de unas 10 unidades que me llevó al límite durante casi todo el tiempo. Lo asombroso es que, pese a descolgarme varias veces, nunca me caí del todo, jamás perdí al grupo de vista. Sufría como un galeote pero de repente remontaba gallardamente. Incluso en los últimos kilómetros me permití la desfachatez de asomar la nariz como si nada hubiera pasado, como si mi cuerpo tuviera varios dueños. Dicen que tener clase es eso: salvar el tipo y salvar la estética. 




III Triatlón Sprint Open Popular de Banyoles

Ante la inminencia de un desastre, no queremos ver, como si no viendo fuéramos capaces de conjurar el peligro, como si así pudiéramos sumergirnos en un sueño que nos permitiera despertar a salvo en otra parte. Por esa misma razón nos cubrimos con una sábana cada vez que intuimos la presencia de un asesino dentro del armario. No es muy lógico, pero a veces funciona. Sé que la paradoja no precisa de un libro de instrucciones. Diré que tuve mucha suerte porque lo malo me sucedió justo al principio y pude salvar el día. Me rezagué muy pronto y tocó encender la moto. Pasé de resignado a satisfecho en lo que dura un partido de fútbol. Bipolar en toda regla. Por eso hay personas que carecemos de gestos intermedios y oscilamos sin transición entre la sonrisa bobalicona y el ceño fruncido. Al final, muy al final, siempre vence la risa. 




SKODA Triathlon Series 2014 Tarragona

No hay novias más guapas que las que uno deja por el camino. Por eso suena tan bien aquello de ajustar cuentas. Fue la confirmación de un cambio, del sentido de un trabajo concienzudo y silencioso. Hay lámparas que hay que frotar durante un buen rato antes de que salga el genio. El tiempo, además, suele correr en favor del más fuerte; el talento, por poco que sea, ayuda a que se inclinen las balanzas. La combinación de ambos factores resulta infalible.




XXXVI Cursa del Carrer Nou de Girona

Seguramente fue la carrera en la que más satisfecho he acabado. Nada indicaba que pudiera hacer un buen papel y al final pude superarme holgadamente. Eso es tanto como hacer que las agujas de un reloj caminen al revés. Tanto como no rendirse. Las apariencias engañan casi tanto como los gestos. 




XI Marxa dels Traginers de Palamós

Fue un día largo en la oficina. Segunda carrera de montaña y más dura y más complicada que la primera. Mentalmente creo que estuve correcto. No me cebé pero tampoco me dormí. Supe gestionar mis fuerzas y psicológicamente acabé muy entero. He ido aprendiendo que la tranquilidad nunca es completa. 




XVII Marxa dels 20 kilòmetres de Platja d'Aro 

Esta es la carrera de la efeméride porque mi historia empezó aquí hace un año. Si por entonces hice una locura, ahora estaba más seguro de lo que tramaba. Regulé mucho en todo momento y me impuse un ritmo soportable. Acabé muy satisfecho y físicamente bien, tanto que podría haber bailado tras cruzar la meta. No obstante, nadie baila para celebrar que el semáforo se pone en verde. Se baila por lo extraordinario, en las bodas o en los Mundiales, se baila ante el poderoso (si hay valor), se baila para aparearse (si hay con quien) y se baila en Fama. Otros bailes no proceden. Ni siquiera el más telúrico y sicalíptico imaginable. 




V Marxa Popular de l'Ardenya (10km)

La oportunidad perdida. Fui bien durante la primera mitad del recorrido y tuve opciones de hacer mi mejor resultado de siempre pero cometí un error garrafal y me perdí cuando iba en tercera posición. Acorté camino sin quererlo y la posibilidad de entrar entre los primeros la arrojé por el sumidero y, con razón, quedé debidamente descalificado. 





Me he ido reinventando, que es algo que requiere mucho tiempo y que es bastante laborioso. Quien lo probó lo sabe. También me siento satisfecho por lo conseguido y por lo que puede venir. De hecho, la felicidad es un estado ideal e improductivo: nadie escribe un buen poema empachado de satisfacción ni ningún dichoso ataca tres vallas sin derribar alguna.

Aquí se cierra el año que acaba porque nacerá otro en poco menos de una semana. Seguiremos trasegando e intentando mejorar en cada largo, en cada zancada, en cada puerto. Y es que he descubierto que soy incapaz de aburrirme porque siempre encuentro algo que me empuja a seguir. Una pequeña motivación, un simple detalle o un bonito recuerdo. Para los que somos así, en el cielo está el límite.





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