
Se suele decir que el tiempo lo cura todo y es mentira. El tiempo depura, purifica, convierte la escoria en oro y nos hace sutiles, ligeros, más espirituales. Cuando renuncio, cuando me desato de los nudos que me amarraban, cuando me deshago del lastre que me anclaba, me siento como un pájaro que extiende sus alas y alza el vuelo.
Querría pensar que haber perdido me ha hecho más sabio. El problema es que no sé que es la sabiduría. Tal vez esta libertad y este vacío.