
Sea como fuere, en febrero trabajamos menos días y, consecuentemente, cobramos antes. Lo raro es que cobremos lo mismo que el resto de mensualidades habiendo trabajado menos. Todo se andará...
Hoy he cobrado y soy un poco más feliz. Cobrar es una alegría fugaz pero al fin y al cabo es una pequeña felicidad, un aliciente volátil para sonreir durante un rato.
Pero lo interesante y lo que de verdad importa es continuar sonriendo cuando ese momento tan deseado haya pasado.