miércoles, 22 de junio de 2011

Emocionado

Hoy mi hermano junto con 1.207 personas más entre policías locales, guardias urbanos y mossos d'esquadra ha finalizado su paso por el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña (ISPC). Entre esas 1.207 personas también había algunos amigos y conocidos. Ha sido un día tremendamente feliz que ha empezado con un madrugón (antes de las 6 de la mañana salíamos de casa con el coche en dirección a la academia que esta a una hora de camino) y que ha acabado con nueve meses de estancia allí a eso de las 12 del mediodia tras la correspondiente formación, la recogida de diplomas, los parlamentos del presidente de la Generalitat de Cataluña y de la directora de la academia y con "la rotura de filas" que permite tirar la gorra al aire dando carpetazo al acto.
Me ha sorprendido enormemente la cordialidad y los buenos gestos y palabras entre los compañeros. Y es que todos ellos han pasado por una prueba muy dura que les permite ahora ejercer su profesión a todos los efectos. Sonreían, se felicitaban, se abrazaban, lloraban, hablaban... como si se conocieran de toda la vida. También se han deseado mucha suerte al irse, y es que ya se acabaron las pruebas físicas, estudiar los fines de semana, las horas interminables de formación...

Espero que todos ellos sepan defender su profesión con orgullo y humildad. Seguro que sabrán hacerlo porque para eso han luchado y para eso se les da esta oportunidad. Tú también vas a poder hacerlo. Creo mucho en ti.

sábado, 4 de junio de 2011

La vida encima de una bicicleta

Mientras llaneas vas tranquilo, vas haciendo, vas viviendo. Puedes pensar, contemplar el terreno a ambos lados, de frente e incluso por la espalda. Es el momento del sosiego y de dejarse llevar placenteramente. Mantienes la vista al frente y ahí llega la rampa. Piensas en como la afrontarás, en coger un buen ritmo que te permita llegar a lo más alto sin desfallecer en el intento. Las rampas son para sufrir, eso está claro. El que no sufre subiendo es que no ha subido nunca. La gracia está en saber sufrir y ahí es donde nos hacemos fuertes o yacemos débiles. También puedes bajar. Quizá sea la parte de más tensión, de agudeza y de reflejos y de más gozo. Nunca debes centrarte sólo en lo que tienes a un metro sino que tienes que prepararte para lo que hay diez metros más allá. En el fondo, ir en bicicleta se parece mucho a vivir una vida. El llano es lo cotidiano, la subida es la pena y la bajada es la felicidad y también el fin de nuestros días. De hecho, en los descensos es donde han muerto más ciclistas. Y es que aquí es donde hay más peligros y de donde, irremediablemente, surgen los vencedores y caen los vencidos. El riesgo es perenne y la heroicidad es un hecho irrefutable.

jueves, 2 de junio de 2011

Distancias insalvables

Podría seguir contemplando el impertérrito entramado de la añoranza, intentando hallar el resquicio que me guie a tus pupilas de nuevo tras la distancia. Porque el mañana sólo se irá cuando rompa el alba y ya nada podrá traerme tu voz ausente, ni la incierta plegaria impotente con la que te sueño. Recuerdos como espadas afiladas que infunden pavor y respeto, que podrían atravesarte sin más. Sonrisas impecables, inciertas e imposibles. Retales del tiempo que tuvimos. Pudimos ser todo pero no somos nada.

miércoles, 1 de junio de 2011

Exilios

El camino te ha enriquecido. Si te hubieses quedado no serías más que nada. Sin sufrimiento dicen que no hay sabiduría. No intentes volver a ser el rey ahora que el castillo es un montón de cascotes y la corona yace oxidada. El periplo ha sido tremendamente provechoso. Ahora puedes descansar y recordarlo todo con paciencia, con el convencimiento de que tu elección fue la más acertada. No te apiades de ti mismo porque no te servirá de nada. El tiempo levantará las últimas cartas de la baraja. El laberinto nunca es tal si no intentas escapar de él. Ya nadie te va a buscar nunca. Exíliate en silencio. Los recuerdos serán tu ancla. No hay nada más traidor que la nostalgia.